Félix Espoz. Madrid
Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de Enfermería de España, defiende el modelo del sistema sanitario español como un todo, que integra la sanidad pública y privada en el que “lo importante es garantizar los derechos de los ciudadanos”, ya que ambos sistemas ofrecen servicios que “son complementarios absolutamente”. Además, se muestra defensor del modelo Muface, “que funciona bien” y cuya modificación “no se justifica”, y cree que el país vive un momento que requiere una reflexión sobre la sostenibilidad del sistema, si bien considera que por la campaña electoral y la “falta de altura política con la sanidad”, este “análisis sosegado” no tendrá lugar a corto plazo.

¿Qué Papel juega la sanidad privada en España?

Recuerdo que cuando se presentó el Idis en sociedad señalé que es un debate que está superado desde hace tiempo. La Ley General de Sanidad establece con claridad cuál es el modelo del sistema sanitario español. Es el conjunto de todos los subsistemas públicos de las autonomías y el sistema privado. Esta conjunción es la que define el sistema. Además, mucho de lo que no es público está concertado, así que tiene una consideración casi de público. Estamos en un sistema abierto, en un libre mercado, en el que hay que garantizar la prestación.

Yo soy profesor de universidad y soy funcionario, y por tanto pertenezco a Muface, que me da derecho a que pueda elegir prestación o pública o privada.

Si alguien intenta establecer un debate con esto se está equivocando. Insisto, lo importante es garantizar los derechos a los ciudadanos, como el de la salud, que está protegido por la Constitución. El aseguramiento público lo tenemos todos los ciudadanos y la prestación de servicios públicos y privados son complementarios absolutamente.

Lo que hay que intentar es que los niveles de exigencia y de calidad sean lo más parecidos posible, para que no haya diferencias entre la prestación en lo público y en lo privado. Aparte de establecer unos estándares de calidad razonables en ambos, no hay mucho debate.

También el sistema privado es un fuerte empleador…

El sistema sanitario en su conjunto es un motor económico extraordinario que genera empleo directo e indirecto tanto en el sector público como en el privado. Un hospital o un centro de salud genera recursos, empleo, tecnología, industria, etc.

Nos gustaría que nos hiciera una valoración del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Idis), que lleva casi un año de funcionamiento.

El Consejo General de Enfermería de España está en el patronato. Me parece que es una idea brillante y necesaria. Hay que coordinar, representar y tener interlocutores. Las instituciones que han participado como fundadoras del Instituto son del máximo nivel y prestigio en España. Además, las personas que han puesto al frente como Pedro Luis Cobiella y Juan Abarca Cidón son personas con gran credibilidad y humanismo. Por tanto, buenas instituciones y personas muy representativas al frente da una mezcla de calidad que ha generado expectativas y respeto. La puesta en marcha ha sido excelente y ojalá que los resultados sean los mejores.

Nosotros en la medida que participemos en el patronato intentaremos ser honestos y leales y generar aportaciones en beneficio de todos. Cuando se nos ha invitado hemos aceptado con mucho gusto, porque es necesario, y porque en el sector privado concertado trabajan miles de enfermeras que tienen derecho a estar representadas y a que su ordenación profesional tenga el mismo valor que en el sector público.

En ocasiones se ha hecho referencia a que hacen falta enfermeras en el sector público. ¿Es una situación que se reproduce en el sector privado?

Sí. Ya lo dije en mi conferencia en la presentación del Idis. El número y las condiciones son diferentes en el sector público y el privado. Si bien es cierto que el sector privado hay centros e instituciones muy importantes que están dando pasos de gigante y acercándose más (en lo referente a recursos humanos) al sector público. La preferencia todavía de la enfermera es estar en el sector público y es una pena. Lo que queremos es que la enfermera se sienta enfermera, trabaje donde lo haga, y que se sienta orgullosa de pertenecer a su hospital.

En este campo vamos a ofrecer nuestra colaboración más leal para ayudar a que los avances se puedan ir consolidando.

¿Y hay diferencias en cuanto a la seguridad jurídica?

Es distinta la situación. Cuando la enfermera ya tiene la plaza en propiedad la relación jurídica estatutaria es muy buena. El sector privado está abierto a las leyes del mercado, por este motivo debe tener una serie de condiciones para reclutar, mantener y fidelizar a las enfermeras. Debe ser muy atractivo. El que no haya rotación consolida la calidad de los servicios. En este punto hay que poner la carne en el asador.

El Gobierno central no ha asegurado la continuidad del modelo Muface. ¿Qué repercusiones podría tener cambios en este sentido?

El Modelo Muface ha pasado varias veces por situaciones parecidas. Incluso en el 86 se cuestionó y se habló de su integración, aunque al final se preservó. Después de muchos años en la política sanitaria y siendo mutualista no recuerdo que el sistema Muface se haya cuestionado por ningún mutualista. Es una cosa que funciona muy bien. Si estamos todos contentos, no termino de entenderlo.

Se deberían explicar los motivos de por qué el interés de integrarlo todo en el sistema público, sobrecargándolo cuando está en una situación difícil. En mi opinión no tiene justificación.

El modelo me ofrece la opción de elegir. Soy muy partidario del modelo Muface. Creo en las libertades y en la capacidad de elección.

¿Cómo cree usted que se puede potenciar el sector privado en España y qué papel deben jugar las administraciones?

Es muy difícil contestar esta cuestión. Tenemos un modelo sanitario. Y nuestro modelo sostenible no es sostenible en estos momentos. Habría que discutirlo y con las elecciones generales tan cerca estos temas no se van a poner sobre la mesa. Habría que plantearse qué modelo tenemos de asistencia, qué prestaciones se están dando, a qué coste, si es sostenible… y a partir de ahí se deben empezar a buscar alternativas.

No se debe plantear como una diferencia entre público y privado, lo prioritario no es eso. Creo que lo más importante es el aseguramiento, que a mi me asegure el estado de bienestar que soy perceptor de una protección de la salud en una condiciones magníficas. Es lo que quiero que se garantice.

Como ciudadanos lo que nos interesa saber es cuáles son nuestros derechos y qué prestaciones nos van a dar y en qué condiciones. Lo que quiero recalcar es que tenemos la obligación absoluta de mantener y preservar el sistema sanitario español.

En este momento no estamos en el mejor momento para entrar a un debate sobre cómo asegurar la sostenibilidad del sistema, cuando se está amenazando todos los días con la sanidad en las elecciones. La sanidad debe quedar fuera del debate político. Es un tema muy delicado que requiere sosiego y escuchar a las partes.

En esta campaña electoral los partidos no han tenido altura política con la sanidad.